4 de julio de 2008

Memorias de Idhún


Grata sorpresa, puesto que la media reseña que había leído me echaba para atrás: mezclar el mundo real con los imaginados suele ser bastante cutre. Me arriesgué. Entre ayer y hoy me he sorbido el primer tomo gordo, sacado de la biblioteca, hecho polvo, con la portada irreconocible. No es que me ponga los pelos de punta como Hielo y Fuego, pero la cosa está más que entretenida y tiene momentazos y cosas que, de haber tenido trece años, me habrían derretido el alma y hecho soñar despierta durante meses.

La piba que ha escrito ésto sale bastante mejor parada que el pobre chavalín de Eragon.

-CHACHI: La abuela. La yaya es la repanocha.
-AUTÉNTICO: El malo en su momento cantante confirma que Cher y alguno más no son de éste mundo.
-PASABLE: Los cacharros mágicos están un poco vistos, aunque la cosa mejora al combinarlos con el taewkondo.
-GENIAL: El refugio al que se puede huir, el "otro mundo" al que transportarse una vez estás sola en tu habitación, es el elemento definitivo para ganarte el nicho de mercado adolescente; introducido con elegancia y coherencia. Yo también quiero teletransportarme. Plis. ¿Puedo?
-ADECUADO: Las descripciones justas y necesarias, como debe ser. Pormenorizar los combates no es algo que tenga mucho en cuenta, pero tampoco se hacen farragosos.
-LOGRO: los unicornios y las hadas no parecen unos lilas, como suele ocurrir; nada de rollo etéreo y lucecitas: hostias. Como panes.
-REPANOCHA DEFINITIVA: El triángulo amoroso satisface la parte romántica a la vez que crea un ambiente de tensión y rivalidad que promete un huevo y media. La maruja sádica que llevo dentro ha disfrutado de lo lindo, y lo que me queda...

"En básicamente": libro de aventuras. Nunca creí que mezclar en el mismo relato una tostadora, unicornios, el metro y un chándal pudiera dar resultado, pero ya veis; es cuestión de la habilidad de quien lo tenga entre las manos...

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