10 de septiembre de 2008

Por qué las tildes tienen razón de ser


Como buena tocapelotas que soy, víctima de ciertas manías ortográficas. La principal de todas ellas, las tildes. Poco a poco iré introduciendo ejemplos de por qué uno puede cometer la mayor de las herejías cuando se come una y le altera el significado a una frase por completo.


Esto es un PULPITO




y esto es un PÚLPITO




Ahora hay que imaginarse, por ejemplo, al despistado que escribe "y entonces el sacerdote se subió al pulpito...". Uno lo lee y se imagina a un señor con sotana a lomos de un gasterópodo surcando los mares y predicando el Levítico, por ejemplo.

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