13 de junio de 2009

Elucubraciones educativas

Leo por ahí que basarse en la diferencia del rendimiento entre niños y niñas en el colegio para separar los colegios por sexos es un tanto absurdo si tenemos en cuenta que ésa diferencia de rendimiento es una burrada de puntos mayor si comparamos criaturas con padres con estudios y criaturas con padres con estudios básicos. Parece de un políticamente incorrecto absoluto apoyarse en esos datos para pedir, por favor, separar a los hijos de universitarios de los hijos de gente con el graduado, con el fin, como en el caso de la separación por sexos, de que rindan más. También parece ser significativo el número de libros que hay en casa.

Una vez más se plantea la cuestión de qué ocurre al colocar el nivel no ya en el punto medio, sino solidarizándose con las posibilidades del más (torpe? vago? corto?) débil. Me pregunto yo quién vela por los intereses de ese que se aburre en una esquina cuando le cuentan por quincuagésima vez baseporalturapartidopordos. Caer en el elitismo parece peor pecado que incurrir en el borreguismo.

Volviendo a la separación por sexos, es también poco ortodoxo decir que a partir de los diez años te ahorras muchas broncas en el aula porque zutano le mira las tetas a mengana, y el tiempo invertido en acallar hormonas podría utilizarse para, por ejemplo, explicar algo productivo. Si planteamos que los adolescentes están salidos, ya nos estamos pasando por el forro la presunción de inocencia, que los niños estos guays de ahora que reciclan y son multiculturales y todo eso también son capaces de controlar sus impulsos y no quedarse embelesados con los atributos ajenos, que es una falta de respeto. Cuánta fe tenemos en nuestros vástagos, por dios.

Buscando soluciones aquí con el aperitivo, sólo se me ocurre plantear itinerarios ya en la ESO, el "fácil" y el "fácil si tienes un mínimo de interés". Se forma en mi cabeza la expresión "quitar la morralla", pero también es políticamente incorrecta. Cagüen el ecumenismo, los arcoiris y la madre que los parió...

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