15 de julio de 2009

Que los días valgan la pena

Un conjunto de siete y ocho piezas de ajedrez de cristal fatimí lo consiguen, sin duda alguna. Si además cerca puedes toparte con una sábana de lino del XIII y un frontal de altar de Limoges, además de con algún que otro capitel de iconografía curiosa y una colección de cajitas también fatimíes, oye, levantarse ha sido infinitamente productivo: todo ello en el claustro nonato de la Catedral de Orense, que alberga el museo catedralicio.

Es una catedral curiosa: conserva las señoras (en cantidades ingentes para los tiempos que corren) haciéndose la ruta de la girola (de capilla en capilla) a media mañana, como salidas de un episodio de La Regenta cuando menos. También, a los pies, un intento naïf de pórtico de la gloria, copiando con mano poco hábil la obra de Mateo.

Fotos pronto, espero. Mi cámara ha muerto...

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