23 de agosto de 2010

Cosas que sorprenden en Barcelona: Agüelicas


Giorgione, 1505. Este cuadro fue lo primero que se me vino a la mente cuando, remoloneando en el museo arqueológico de Barcelona, me topé con un mosaico un tanto inesperado en la planta de cachos de pedruscos romanos.


¿Quieres un caramelito, niño?

Me lo imagino colocado en el típico cuarto de las ratas, donde encerrar como castigo a los niños que se portan mal... Algún significado o utilidad chunga debía de tener; porque adornar, lo que viene siendo adornar, no adorna un carajo. Más bien te hace exclamar un leve "¡hostias!" cuando te la encuentras de repente. De abuelita entrañable tampoco tiene nada, así que como fuese un retato para recordar a la nonna no me quiero imaginar a la modelo original...

1 comentario:

¡Dime cosicas bonicas!