10 de octubre de 2010

Santiago de Compostela: El alzado

Ideal y chachísticamente, en un mundo perfecto, originalmente la catedral que nos ocupa habría acabado teniendo este aspecto:

Obsérvese el detallito curioso de las ventanas bajo óculos que separan cada absidiolo del siguiente. Esta solución sencilla venía del prerrománico, siendo utilizada también en San Sernin de Toulouse. No le falta detalle a este orgasmo ensillado. Aparentes elementos que podrían pensarse como decorativos no son sino soluciones arquitectónicas introducidas con una elegancia y un saber hacer de quitarse el sombrero: los arcos de descarga de la panda norte, que no existen en la panda sur, están ahí para evitar que se escogomorcie toda la construcción, ya que parece ser que la pendiente del terreno estaba dando un poco por saco. No cantan ni parece que no hubieran estado destinados a ser colocados ahí desde el principio.


Actualmente, siguiendo el proceso natural de tunneo, tumorización y acoplamiento de construcciones variadas, los absidiolos han acabado anulados y rebozados entre muros y estancias de tal forma que es muy complicado hacerse una idea de cómo eran sin la ayuda de maquetitas y dibujicos. Alguno se puede ver, de mala manera, asomándose desde me gustaría saber dónde:


Para acabar con el exterior, retomo el tema de los trilóbulos y las columnicas entorchadas que aparecen en las partes altas del lugar:


Ya estuvimos desbarrando sobre de dónde salían los trilóbulos, pero habíamos pasado un poco de las columnas entorchadas. ¿Son barrocas? Colleja. ¿Son orientales? Colleja. ¿Qué pintan aquí, pues?


Claustro románico de San Pablo Extramuros, en Roma


Aparecen en un intento de echarle dos cojones y equipararse a Roma de alguna manera. Eh, que tendréis muchos muertos famosos, pero nosotros también.


Hablando del interior, mayormente, nos vamos a dedicar a las afotos. En cuestión de alzado, hay que destacar algunos detallitos: el peralte de los arcos de medio punto, la fila exquisita de taqueado jaqués que separa el primer cuerpo de la tribuna, la bicromía sobria que consigue la bóveda encalada y, sobre todo, el tamaño y calidad del sillar.


Si le cortas a la catedral una loncha por la mitad -de platerías a azabacherías- te sale esto. Da una idea estupenda de cómo es, pero apenas apunta a la sensación que se consigue en su interior.


La tribuna que corre sobre la girola es exquisita. Se soluciona con una bóveda de cuarto de cañón, y destaca por su amplitud. Te puedes montar un botellón, sitio hay.

Tiene bastante de Santa Fe de Conques, pero la edificación de las partes altas es posterior. Lo bestial de Santiago es la consecución de una obra maestra románica a partir de elementos preexistentes, en el culo del mundo conocido. Por último, vamos a poner otra diapositiva de ésas que te caen en examen y das gracias a los dioses por poder rellenar tres folios:

1 comentario:

¡Dime cosicas bonicas!